"Alimenta tu fe y tus dudas morirán de hambre"

domingo, 22 de agosto de 2010

Viajaba en su nuevo coche a 140 km/h en un tramo en obras con curvas de izquierdas y derechas. La señal indicaba 80 pero a ella le daba igual, le encantaban esos dos sentimientos que se juntaban al mismo tiempo.
Sentía miedo al no controlar al 100% la situación, un sólo despiste, una mala trazada, un tramo de suelo deslizante y...BUM! en un sólo instante su vida podía cambiar con un giro radical,igual que giran los cuellos de los búhos, pero sin embargo, le encntaba bajar las ventanillas, subir su música al máximo, que la gente le mirase y sonreír.
Si, le producía una felicidad innata ante aquella situación, provocada quizás, por ese riesgo que estaba experimenteando. De repente llegaba la zona de rádar y tenía que reducir velocidad hasta llegar a los 70. De pronto ahí, su vida se paraba, era como volver a la realidad. Como despertar de un sueño en vigilia que le encantaba. Y estaba harta porque siempre le ocurría igual. Necesitaba encontrar el maldito equilibrio ya. Y no quería. No, no quería, lo buscaba sólo por apariencia, pensaba que era lo normal, lo correcto, lo que todo el mundo hacía. ¿Desde cuando hacía lo que todo el mundo? ¿entonces?
Por una vez en su vida pensó en lanzarse hacer todo aquello que le apeteciera sin tener que buscarle los mil y un problemas que ella siempre encontraba, sin pensar en lo que los demás pudieran pensar, y sobretodo, se dio cuenta de que sólo va a poder vivir una vez, y que esa oportunidad no puede desaprovecharla. Todo llega en su momento. Si ha de llorar, llorará, pero si tiene que ser feliz, será la MÁS feliz.


Se lo ha prometido.Tendrá que cumplirlo.