"Alimenta tu fe y tus dudas morirán de hambre"

miércoles, 30 de noviembre de 2011

No era él ni tampoco ella.
Sabía perfectamente que funcionaban como una máquina quasi perfecta.
Algún error periódico pero ni si quiera eso haría imaginar que tuvieran
que pasar por ningún taller a reparar algún tipo de duda. Su mejor solución
era hablarlo y preguntarse el por qué.

Nada fallaba, hasta el momento.

Su única decisión era la de saber si serían capaces de afrontar la vida adulta,
si de verdad eran personas responsables, si de verdad podía salir de casa
de mamá y papá y sacarse las castañas del fuego.

Él lo tenía claro, era capaz.
Ella estaba dudando de si tenía algún extraño síndrome, quizás uno de cuento de Disney.

Aunque paradojicamente ella siempre había querido la independencia pero
no muy lejos de las faldas de mamá, parecía ahora.
Aunque quería inventar su vida, y era con él, sin duda, con quién quería hacerlo.
No le importaba por cuantos talleres tuvieran que pasar, porque sabían que durarían más que su viejo Renault 21.

martes, 30 de agosto de 2011

Quería hacerle una declaración de amor, una ponencia de todos sus sentimientos,
exponerle la tesis que llevaba a sus espaldas años antes, pero aquel corsé negro
de cuero, el liguero y la fusta amenazaban que quizás no fuese el mejor momento.
La habitación olía a sexo. Un placer no común a todos los humanos. Era algo propio
de ellos, inducido por el impulso carnal de ambos lo que hacía llevarles a un clímax
que pedía todas las noches ser repetido.
Había amor detrás de la pasión. Fuertes sentimientos de esperanza y vida en común.
Un placer diferente aunque ta(m)poco común como lo eran ellos.

sábado, 28 de mayo de 2011

Mientras ella trabajaba en el ordenador tenía la costumbre de mirarle de reojo. Curiosidad, de si por un instante, había cambiado en algo. Extraños compañeros de piso.
Ángela pensaba que podía seguir así toda la vida. Jugando a evitar su mirada, mientras de noche planeaba la manera perfecta de declararle lo que por él sentía.
Giros rápidos de cabeza que le producían unos terribles calambres en el cuello, pero la verguenza que podía sentir si fuese descubierta por él, le provocaría algo parecido a la muerte.
Incluso todavía cuando él se le acercaba para interesarse por su día y de si aún tenía oportunidades para intentar invitarle a cenar, ella sólo sabía responder con un temblor de piernas.
Cómplices pero todavía amigos, deseaban estar el uno con el otro, piel con piel, labio a labio y nariz contra nariz. Pero era difícil, sobretodo porque llevando 3 años convivindo juntos, habían omitido lo más importante.
Obviaban uno y otro, las ganas que se tenían, y uno por atrevido y otra por temerosa estaban haciendo que ese momento siguiera siendo, lo que entre el texto se desvela...


MÁGICO

domingo, 24 de abril de 2011

I need a man to love.

Sobre su mano un lápiz. Concretamente un Niceday de HB.
Es a sus 90 años cuando un simple lapicero le recuerda que
debe pasar un buen día, ya que es su Alzheimer el que se lo impide.
Frente a sumas y restas, frente a su frágil memoria casi incapaz
de crear frases y ante la atenta mirada de eso que todavía aún se desconoce.
Terapia Ocupacional.
Podría ahora tentar a la vida y echarle un pulso, quizás tenga todas las de ganar porque perder se convirtió en algo más.
Un continuum que ya no sólo suma sino que se mantiene.
No esperas a la muerte pues ya le has visto la cara en más de
una ocasión y en más de un rostro. Ya has aprendido a vivir,
ahora sólo queda disfrutar.

viernes, 25 de marzo de 2011

Te espero en Sicilia.

Resulta que llevaba toda la vida buscándole cuando en el momento más inesperado,
vas y apareces.
Ya os conocíais. Aunque la constancia de vuestras apariciones era porque no decirlo, prácticamente nula.
De vez en cuando os chocabais en alguna esquina, dónde con prisas y despistados,
os saludabais de manera poco ortodoxa.
Nunca lo reconociste, igual que él, hasta que al final, el tiempo, la vida y el destino,
hicieron que dierais vuestros torpes brazos a torcer. Y resultó. Pros y contras. Defectos
y virtudes. Lágrimas y sonrisas. Vida y alegría.
Os dabais todo. Pero ya estabas pensando en que las cosas buenas no podían durar,
o si lo hacían es que siempre había algo detrás con un aspecto turbio y maloliente.
Las cosas ya venían por detrás, ya lo pasaste mal ¿porque seguir metiéndote el dedo
en el ojo hasta sacarlo?
Pero estabas aquí, rodeada de lo mejor, con él y contigo. Vivías agusto. El mayor de los problemas era que trabajaba en fin de semana.
Cero dudas. Él había dejado de hablar de mujeres, y sabías lo que eso significaba. Era
como si tu hubieras dejado de hablar de zapatos.





domingo, 13 de febrero de 2011

Habrás sido igual con otras, quizás con todas, pero tenías el don de hacerlas
creer que eran únicas. Disparabas con balas de verdad, y sabías que podías
hacer mucho daño, a ti y a ella.
Te cantaba insinuarle que era única y quizás, tu chica favorita, pero tu querías
ir despacio y sólo hacías que acelerarle el corazón.
Mientras la azuzabas diciéndole que quizás, si las cosas funcionaran, aunque
aquello fuera una auténtica locura, nadie podría con vosotros.
Antes teníais que pasar la fase de fuego, la etapa clave, para saber si el "amor"
os dudaría o si por el contrario podías agarraros a las sábanas de vuestra cama.
Ella tenía miedo. Sus miedos e inseguridades se plasmaban en sus ojos, él confiaba
en sí mismo, aunque luego, como todos, sólo se quedaban en fachada.
Aunque ella también confiaba en sus instintos (Sus amigas decían que era medio
brujita) Siempre intuía las cosas, más malas que buenas, pero era su realidad y
creía que él quería algo más, aunque tuviera una fobia horrible. Creia que ahora
era imposible romper el trato con el diablo, recuperar su alma, y volver a suplicarle
a San Pedro que le abriera las puertas del cielo.

jueves, 27 de enero de 2011

Una vez más.

Nunca sabes cuál va a ser el tiempo que separe ésa carta de amor de la carta de despedida.
De la herida abierta que se ha vuelto a formar en tu corazón, ni si quiera de si
estás segura de que va a poder repararse de ese maldito suceso. De que seguirá
hacia delante con más y más fuerza.
No te quiero pero te quiero. No puedo desearte que encuentres a alguién mejor que
yo porque querría que volvieras a encontrarme a mí. Se que no es posible, se que no
se va hacer realidad. Esperaré, un mes, no más. La vida, a diferencia de lo que podría
haber pensado otras veces, me espera. No estoy sóla y también lo he aprendido. Tengo
personas que me quieren y una familia que me apoya aunque ellos no sean tú.
Es tu decisión, aunque quizás es también la mía ocultada bajo un manto de miedo y
confusión, un respaldo de fin de semana, una salvación ante momentos de soledad pero
es la decisión.