"Alimenta tu fe y tus dudas morirán de hambre"

domingo, 13 de febrero de 2011

Habrás sido igual con otras, quizás con todas, pero tenías el don de hacerlas
creer que eran únicas. Disparabas con balas de verdad, y sabías que podías
hacer mucho daño, a ti y a ella.
Te cantaba insinuarle que era única y quizás, tu chica favorita, pero tu querías
ir despacio y sólo hacías que acelerarle el corazón.
Mientras la azuzabas diciéndole que quizás, si las cosas funcionaran, aunque
aquello fuera una auténtica locura, nadie podría con vosotros.
Antes teníais que pasar la fase de fuego, la etapa clave, para saber si el "amor"
os dudaría o si por el contrario podías agarraros a las sábanas de vuestra cama.
Ella tenía miedo. Sus miedos e inseguridades se plasmaban en sus ojos, él confiaba
en sí mismo, aunque luego, como todos, sólo se quedaban en fachada.
Aunque ella también confiaba en sus instintos (Sus amigas decían que era medio
brujita) Siempre intuía las cosas, más malas que buenas, pero era su realidad y
creía que él quería algo más, aunque tuviera una fobia horrible. Creia que ahora
era imposible romper el trato con el diablo, recuperar su alma, y volver a suplicarle
a San Pedro que le abriera las puertas del cielo.