"Alimenta tu fe y tus dudas morirán de hambre"

martes, 28 de diciembre de 2010

Di Si a la alegría, al buen humor, a tu sonrisa, tus caricias,tus malos gestos,tus enfados,

tus piropos, al sentido de la vida, a la amistad, a la pérdida de los no queridos y a la

recuperación de los amados.

Di si a vivir, a que te quieran, a querer. Di si a su vida, a la tuya con él, a la de ellos contigo.

Di si a un nuevo año, mejor o peor, con alegrías y penas, a un año más con los de verdad,

con los de mentira (porque todos te hacen crecer), con más centros nuevos de prácticas,

si a un año con más vida, con más años, con más familia, con corazones rotos y recosidos,

con viajes inolvidables, con festivales con amigas.


Di si a la búsqueda de tu propio universo, a contar todas las estrellas que cada noche te

miran para saber si estas bien.


Di si a llorar por tí, por él, por ella, por ellos, a llorar por los que un día estuvieron,

a llorar de alegría, a reír tanto que tengas que parar porque tus tiernos pómulos se

van a desgarrar.

Di sí a sueños húmedos, cálidos, pesadillas, sueños premonitorios. Di si a los sueños y a volar,

por encima y por debajo del mar.

Di si a los paracaidas salvavidas, a las amigas protectoras, a los mix de frutos secos,

a las horas de llamadas por teléfono, de paseos con buen o mal tiempo, a las salidas

de tarde o de noche sólo para hablar, tomar cerveza,y reír.

Di si a las horas de disfrutar y soñar despierto, a cumplir tus propósitos.


Di si para que haya más de todo y menos de mucho.


miércoles, 8 de diciembre de 2010

Cosas que pasan

Mientras me confundía e intentaba tirar los calcetines y la ropa interior a la basura
y la toallita desmaquillante a la lavadora, levanté la cabeza, y pensé ¿por qué me
estoy riendo?
Al instante, supe contestarme que da igual, soy feliz, hoy he vuelto a recuperarte.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Porque la vida es un sueño...

Hay gente que le pide deseos a un ser supremo, otras que prefieren que
sus deseos se vean concedidos a cada paso y se los piden a sus pestañas
caídas, a cada suspiro, a cada diente de león, a cada estrella fugaz o cada
parpadeo.

Pero Julian era diferente, un chico rokerillo que creía en el amor. Mentira.
Un rokero no cree en el amor pero si que creía en tí, eras su musa, su diosa
y en la que creía que todos sus deseos se veían concedidos.

Quería que le concedieras todos tus despertares, que le miraras como si
sólo existiera él, que te rieras y no pudieras contenerte mientras él, perdido,
te preguntaba que de que te reías. De tí, no le parabas de contestar. Fruncía
el ceño y tu te dabas la vuelta, buscando que te siguiera detrás. Deseo concedido.

Él era muy inseguro con ella, pensando que podría abandonarle en cuanto
viera algo mejor. No más guapo sino más ella. Pero cuando Marian daba su palabra,
no había más que hablar. Pactos que jamás voy a romper, le repetía ella una y otra
vez, cuando él no paraba de insistirle con eso.
Nos separaremos cuando nuestras cenizas sean esparcidas.

Julian calló sobre el colchón con la mayor sonrisa que nunca más volverá a
dibujarsele en el rostro.

sábado, 30 de octubre de 2010

¿Te prostituyes?

Cuando se habla de prostitución, inmediatamente se piensa en el uso
del cuerpo con fines sexuales. Algunos piensan en pecado, vicio, infecciones
e incluso necesidad vital.

Pero es el nuestro cerebro, con nuestras ideas, quién es el encargado
de generar nuestros pensamientos lógicos.

¿Alguién se ha preguntado alguna vez por la prostitución emocional?

Quizás nunca hayamos oído hablar de ella, ni nos hayamos planteado semejante
existencia, pero sin embargo, TODOS hemos vendido nuestras emociones.
Quizás seamos contrabandistas de ellas a cada minuto del día. Cambiadas por
favores de todas las índoles. Piratas de mares llenos de almas dónde todo se roba,
todo se vende y nada se da, a no ser que sea, eso sí, a cambio de algo más valioso.
Igual que la prostitución tradicional.

No te daré nada si antes no has pasado por taquilla.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Estaba acorralada en un par de metros cuadrados de cristal y se estaba ahogando.
No había nada, ningún tipo de líquido ni sustancia que pudiera producirle un
ahogamiento físico que le llevara a la muerte por el cese de la respiración. Pero si
existía la presencia de un ser, para nada extraño, que le producía una ansiedad tan
grande que sentía que su vida se encerraba entre cuatro cristales, se vaciaba de
oxígeno y se llenaba de horribles fobias de las que ninguna podía salir.

Siempre se había definido como una chica fuerte, pero no sabía ya lo que le estaba
ocurriendo. Necesitaba llorar, a escondidas, odiaba que la vieran y pudieran sentir
pena por ella. Estaba bien, sólo quería vaciar su alma de rencores, heridas y objetos
punzantes que a estas alturas ya le habían desgarrado el alma al completo.

Ten cuidado. Se decía a ella misma. No confíes ni en tu sombra, ¿quién sabe cuál es
el día que se va aburrir y va a decidir marcharse o jugartela a tus espaldas?

martes, 19 de octubre de 2010

Summun

Así se llamaba el bar donde él siempre llevaba a sus conquistas,
"se dejaba caer por ahí de vez en cuando" les repetía, pero la verdad
no era esa. Sólo iba acompañado de féminas en celo cuando quería
conquistarlas.
Su casa caía de paso.
El camarero lo sabía bien, pues nada más que el cruzaba la puerta,
este le guiñaba un ojo haciéndole saber que era "el gran triunfador del barrio".

Pero con Elisa no lo consiguió. Lo intentó y lo volvió a intentar.
Sufrió hasta desesperarse, aunque nunca se lo hizo saber, y fue ahí
donde radicó su catastrófico final.

Pero ella, fue débil y se arrepintió también de haberle echo creer una
verdad que estaba plagada de mentiras. De crearle falsos sueños como
jamás antes se los había fabricado a nadie. Pero le salió natural y ante
eso nada pudo hacer.

Ambos perdieron la partida.

martes, 28 de septiembre de 2010

Paranoia

Tanía la cabeza acorchada en el momento en el que se disponía abrir los ojos. La boca reseca como si hiciera meses que no hubiera probado ni un poquito de agua. Empezó a tocarse la cabeza mientras abría los ojos. Su única visión era cemento. Se asustó al no saber muy bien ni dónde ni cómo ni por qué se encontraba allí. Cuatro amables brazos le ayudarón a levantarse. Ella sin apenas despegar un labio del otro advirtió un simple gracias. Ya de pie y a la voz unísona de ¿estás bien?, ¿enserio?, de aquellas gentiles gentes, se palpó la cara. No sé está vez si con la sorpresa de encontrarse en su lado derecho, cercano a la sien, un rastro de sangre a medio secar.

Aunque había perdido el conocimiento durante un breve periodo de tiempo, no había sido suficiente como para borrar todo aquel sufrimiento que llevaba consigo.
La última persona a la que había visto había sido a Saúl. Ese chico incierto, guapo, alocado y sí, cantante de pop. Me volvía loca. Loca de remate. Me encantaba follar con él todas las noches posibles. Parecía que no fuera haber mañana, que en cualquier momento orgásmico nos fuesemos a despedir. Sin embargo, a veces se ponía tierno. Entonces me volvía loca de amor. Un amor platónico que ni si quiera yo entendía. Un amor que quería para mí a toda costa, que pensaba también que podría perder en cualquier esquina. Nunca me he fiado de las grupis y de él menos. Se apoderaba de mi una paranoia extraña que dentro de poco ni mi propio psicólogo entendería.

Había salido de su casa, discutiendo nuevamente. Él ya no podía soportar mis celos horribles. Me era fiel, como nunca se lo había sido a nadie. Me quería, aunque yo no lo quisiera ver. Me amaba cuando me hacía el amor. Disfrutaba con mi risa y añoraba mis abrazos cuando no me tenía en su lado de la cama.

Lo peor de todo: YO. No me creí ni una sóla palabra.

Si, soy Verónica y sí, he salido huyendo.



viernes, 17 de septiembre de 2010

¿y si resulta que llevamos toda la vida equivocados?
¿Y si Disney nos ha estado engañando siempre?

Quizás la respuesta que esperamos no venga nunca porque jamás puede cumplirse. Me refiero a que tal vez un sapo nunca pueda convertirse en tal porque no puede. A lo mejor tiene que ser al revés, que seamos los demás los que nos tengamos que convertir en sapos.




O a lo mejor lo más razonable sea no pensar en eso...

domingo, 22 de agosto de 2010

Viajaba en su nuevo coche a 140 km/h en un tramo en obras con curvas de izquierdas y derechas. La señal indicaba 80 pero a ella le daba igual, le encantaban esos dos sentimientos que se juntaban al mismo tiempo.
Sentía miedo al no controlar al 100% la situación, un sólo despiste, una mala trazada, un tramo de suelo deslizante y...BUM! en un sólo instante su vida podía cambiar con un giro radical,igual que giran los cuellos de los búhos, pero sin embargo, le encntaba bajar las ventanillas, subir su música al máximo, que la gente le mirase y sonreír.
Si, le producía una felicidad innata ante aquella situación, provocada quizás, por ese riesgo que estaba experimenteando. De repente llegaba la zona de rádar y tenía que reducir velocidad hasta llegar a los 70. De pronto ahí, su vida se paraba, era como volver a la realidad. Como despertar de un sueño en vigilia que le encantaba. Y estaba harta porque siempre le ocurría igual. Necesitaba encontrar el maldito equilibrio ya. Y no quería. No, no quería, lo buscaba sólo por apariencia, pensaba que era lo normal, lo correcto, lo que todo el mundo hacía. ¿Desde cuando hacía lo que todo el mundo? ¿entonces?
Por una vez en su vida pensó en lanzarse hacer todo aquello que le apeteciera sin tener que buscarle los mil y un problemas que ella siempre encontraba, sin pensar en lo que los demás pudieran pensar, y sobretodo, se dio cuenta de que sólo va a poder vivir una vez, y que esa oportunidad no puede desaprovecharla. Todo llega en su momento. Si ha de llorar, llorará, pero si tiene que ser feliz, será la MÁS feliz.


Se lo ha prometido.Tendrá que cumplirlo.

domingo, 25 de julio de 2010

A veces puede ocurrir.

Mientras los volantes de su vestido correteaban por sus piernas,
sus pensamientos se quemaban igual que lo hacían sus piernas bajo
el abrasador sol de mediodía.
Era estúpido seguir sacándole 5 patas a un gato que no las tenía.

viernes, 9 de julio de 2010

Estaba escuchando La canción, que hacía demasiado tiempo que no escuchaba.

Porque no podía, le traía demasiados recuerdos que todavía no había conseguido

olvidar. Recuerdos que compartió con ella. La parte posterior de sus gemelos e

mpezó a erizarse según escuchaba sus acordes. Un cosquilleo molesto le recorrió

el estomago y recordó que al final aquí de lo que se trata es de morir o de matar.

Pensó en su historia, basada en regalos, en que un trocito de plástico fue el culpable

de provocarle la sonrisa que él nunca pudo sacarle. Empapó el teclado de su ordenador

de lágrimas de dolor mientras miraba antiguas fotos. Y recordó que aquí de lo que

se trata es de morir o de matar. Tenían una historia idílica siempre y cuando ella

quisiera y él le proporcionara lo mejor. Ni si quiera se basaba en sexo. No había amor.

Sólo sentimientos vacíos. ¿Morir o matar? Se torturaba pensando que lo tenía que

haber echo mejor, porque podía, se torturaba pensando que lo que creó fue teatro, que

lo machacó y que ahora no sabe como va a salir de ahí. Uno es el asesino y el otro el

que va a morir. En este caso estaba muy claro. Él no sabía salir del pozo en el que se

había metido y ella no estaba allí para tenderle la mano que tenía que sacarle de ahí.

El problema es que la seguía queriendo, aún sabiendo que él estaba en la misma mierda

por su culpa, en que ella sólo lo quiso por placer, pero ya se sabe que el amor, menos

racional, es de todo. MORIRÉ, MORIRÉ, MORIRÉ.




No podía ser otra la canción que suene de fondo


viernes, 2 de julio de 2010

Caminaba hacia la universidad. Sentada en la parte izquierda del autobús junto a la ventanilla.
Tenía una larga ruta, así que intentaba hacerla lo más amena posible.
Miraba a través de sus grandes ojos verdes a todas aquellas personas que corrían de un lado para otro sin saber muy bien su rumbo, y de repente, apareció como salido de la nada, alguién que parecía sentir la vida. Tranquilo y relajado, como si no tuviera prisa.

¿Has pensado alguna vez hacía dónde irán todo ese mogollón de personas, siempre corriendo y con cara de muy pocos amigos? Una cita con alguién apenas conocido, un café con los amigos, ir a ver a su abuela al hospital o quién sabe, quizas a ningún lugar.




Porque nunca nos paramos a pensar en los demás, por muy buenos que nos creamos, porque sigue habiendo gente que sabe como disfrutar de la vida, porque en tu casa siempre estará la mía, porque habrá momentos en los que no sepas hacia donde ir, porque nunca esperas lo que viene.

Párate, mira, escucha y si hace falta pregunta. Pero ante todo y sobre todo

CARPE DIEM

domingo, 27 de junio de 2010

Encantada de conocerme pero...

Cuéntame algo que sea diferente.

martes, 22 de junio de 2010

El final con principio.

Y qué si es lunes. Acabas de terminar los exámenes de la universidad, juega España el mundial. ¿Tienes planes? ¡Desde luego! Que mejor que empezar el día más largo del año, sobre la arena, viendo el fútbol, y abrazando a la gente, tan sólo porque alguién ha metido un gol que ni va ni viene.
Para continuar con la goleada de cervezas que mejor que ir a la barra a que, esta vez, te regalen una.
Chicos parece que empieza a rugir mi estómago, dijo alguién, mientras en un grito a coro siguieron los demás. Camino a la comida nos bajamos en un desierto en el que no aparecía ni un triste oasís en ninguna dirección. 15 personas hambrientas con ganas de fiesta acabaron en el único bar de toda Zaragoza que estaba apunto de cerrar. Pero, y lo siento, fuimos a joder la noche. Cenamos, y al grito de "JEFA" le pedimos a la camarera unos chupitos (Que coño!) para seguir enderezando la noche.
Así que a la 1 de la madrugada de un lunes cualquiera, donde normalmente ya estaría acostado en tu cama, te diriges hacia la zona de marcha, con la esperanza de que algún bar, conque sea uno, esté abierto. Y así fue, DOS, para ser exactos.

He de decir que fue una de las mejores noches que hace mucho que no tenía, aunque las despedidas nunca me gustan, pero hasta eso, fue bonito.


Siempre será algo que habrá que contar.

sábado, 19 de junio de 2010

Mucho ruido.

Estaba sentada en su escritorio, acompañada de un mapa del mundo
(con el que siempre soñaba a viajar de un lado para el otro) un c
orcho repleto de cosas memorables, un papel que le recordaba el planning
que había llevado a cabo y que aún le quedaba mucho tiempo por continuar.

Concentrada, con sus tapones en los oídos, para silenciar voces, empezó
a sentir como la habitación se le venía encima, como en vez de formar l
o que siempre, un cuadrado con 4 absurdas paredes, se había convertido
en una especie de triángulo vertiginoso. Casualmente como el que ahora
mismo tenía en su vida.
Empezó a palpitarle el pecho,a sentir ansiedad a pensar que algo se venía abajo.
Tuvo que salirse al balcón.
Cerró los ojos, respiro hondo, se le alborotó el pelo por el maldito viento
que nunca cesaba, mientras apretaba fuerte sus ojos por el molesto sol.
Sonrió y se dijo, "tranquila".
Llegó de nuevo a su habitación, sus libros no se habían movido, seguían
ahí hablando de leyes y recursos de los que no entendía nada.
Se volvió a colocar los tapones, pero esta vez lo que no conseguía silenciar
era su voz interior: "Lánzate, él te está esperando".


jueves, 17 de junio de 2010

Un beso de esos.

¿Te imaginas ir besando a todo aquel que te apetece?



Un beso de esos que ponen contento. A veces parace que nunca va a llegar.

viernes, 11 de junio de 2010

En una sala de urgencias.

Jóven, 23 años.
Embarazada de sueños.
Con sangrado interno debido a una herida abrasiva, limpia,
y de unos 10 cms a la altura del corazón.
Ha dejado de latir en la ambulancia.
Hemos practicado reanimación cardiopulmonar pero no remonta.

¡¡¡¡¡ RÁPIDO AL BOX 3 !!!!

¿Que ocurre esta vez doctora?
De nuevo nos traen un corazón roto, y este hospital ya no tiene vendas suficientes con que intentar repararlos, ni anestesias para embriagarlos. Llegan moribundos, abatidos y sin ganas de seguir latiendo. No tenemos tan buenos profesionales como para que todos quieran seguir adelante.

Siempre es igual, vienen cuando han perdido la esperanza en el sexo opuesto e incluso en el propio. Han sufrido por amor, han llorado de rabia, han perdido amistades por el camino. Se han hecho malas suturas a ellos mismos y ahora no hay personal sanitario que lo arregle.

¿Cómo les devolvemos la espranza?
¿Cómo arrancamos esos recuerdos que les desgarran el miocardio?
¿Cómo eliminas el virus del "amor romántico"?

No, de momento, no hay solución. Sólo un triste vendaje, en dónde sólo el corazón más fuerte vuelva a reponerse.

jueves, 3 de junio de 2010

Me encantaría quedarme allí por un tiempo infinito. Pero con la mejor
puesta de sol que nunca hayas conseguido ver, la que estoy viendo, con
la mejor de las compañías que nunca hayas podido imaginar, la soledad.
Quiero seguir mojándome los pies en el río, chapotear con ellos sobre
el agua, sostenerme sobre mis brazos hacia atrás, sonreír e imaginar
que mi mente tiene el poder de cambiar cuanto quiera. Idear miles de
historias fantásticas y reirme de ellas, pensar por un momento que pasaría
si se hicieran realidad. Incluso podría llegar a ponerme seria intentando
hacer frente a lo que tengo delante, pero eso me sigue dando demasiado
miedo, así que seguiré aquí, sin tí porque total, no creo que la imagen
fuera más idilica.

lunes, 31 de mayo de 2010

El sitio de mi recreo.

¿Te has planteado que quizás eso del amor verdadero sea una conspiración? Si, una conspiración capitalista, una mentira urdida por las industrias del cine, la publicidad, y la música, todos vendiéndonos humo, un concepto que ni si quiera existe!
Habrá muchos que piensen que el amor verdadero no existe pero piénsalo bien, ¿dónde está si no es en canciones, libros y películas? ¿Quién puede decir sinceramente, "siempre te querré?



Quizás deberiamos dejarnos de tomar la vida como si fuera una película, dejar de hacer castings para tu amor verdadero y encontrarlo sin más. Quizás deberiamos dejar de pensar que lo sabremos cuando lo encontremos. Quizás el amor no sea algo repentino, quizás consista en una opción.
Nunca sabrás si una persona es el amor de tu vida, pero puedes decidir darle esa oportunidad. Quizás el amor verdadero sea una decisión. La decisión de jugártela con alguién, la decisión de si te va a corresponder o si te va hacer daño o si es el amor de tu vida. Quizás el amor no sea algo que te ocurre, quizás sea algo que tu escoges.

martes, 18 de mayo de 2010

Una de tres.

21 de julio de 2075.
Frente al mar y con la brisa de cara.
85 años.


Toca llegar a la meta. Último tramo. Recta final. Es ahora, cuando recuerdo mi larga vida. Pasados y presentes. Comparaciones entre lo que fui, pensé que sería y ahora soy.
Me sobrevienen a la cabeza recuerdos de la juventud, el verano de mi vida. Época dorada y amarga. Noches y días en lo que todo era eterno. Noches embebidas en vasos de tubo y heridas de pasos incesables. Vi lo que no quise e hice siempre lo que pude.
Era demasiado joven, cuando parecía que no tenía tiempo para hacer lo que quisiera. Cada mañana al despertar me iba a comer el mundo. Cada mañana había un nuevo plan, algo que llevar a cabo, un sueño que realizar. Idealista y optimista. Siempre con las pilas puestas.
Cuando era joven todo me parecía o precioso o todo me resultaba complicado y difícil. No encontraba un término medio sobre el que mantenerme. Simplemente era un saco de hormonas. Juventud, divino tesoro. Añoranza de lo que algún día tuve.
Amigos, fuisteis mi gran tesoro.
Me fui pensando que seguríais juntos, que aunque me fuse, vosotros estíais unidos y era ese pensamiento el que hacía que yo pudiera seguir adelante, pero cuando super auello, algo en mí se desvaneció.
Yo desaparecí de mi ciudad. Cansada de la rutina y de la gente, que a menudo me encrespaba, me marché. Puede que me arrepienta de haber dehado a las personas más importantes de mi vida. Puede que sí, pero lo necesitaba.
Cambié el interior por la costa. Siempre me había gustado la playa y el sur, así que sólo tenía que elegir un sitio. Cogí un mapa de España y el azar hizo lo demás.
Me encantaba la playa. Mi playa, mi querida playa. Desde que llegué todos los días tenía que bajar para pasear sobre ella. No importaba si hacái frío o calor, si era de día o de noche. Nada importaba. Conseguía que me relajara, que recargara las pilas para un día nuevo, que os olvidara, aunque no pudiese.
Tranquilidad y paciencia. Respiro mientras te escribo esta carta. Carta que no se si leerás. No sé si te llegará o si aún estaré aquí para saberlo. Espero que se remueva cielo y tierra para encontrarte.
Es ahora cuando recuerdo nuestra canción. Nada lenta para nosotros. No hacían falta las baladas para expresar lo que sentíamos. Nuestros ojos hablaban por nosotros. Miradas cómplices que amenudo se perdían en las oscuras noches.
Aún siento tu calor. Todavía recuerdo aquellos ojos que me hicieron tan feliz. Contigo me olvidé del mundo. Contigo amé, recordé, viví, sentí, olvidé y morí.
Te perdí y no te volví a encontrar. Un día tus ojos ya no eran los mismos. Tu manera de ser había cambiado. Drásticamente te volviste frío y distante. Tus ojos ya no me querían aunque tu boca dijera lo contrario. Nos engañamos por necesidad, nos engañamos por tristeza. Nunca conseguí saber porqué dejaste de quererme de aquella forma. Morí el día en que tus ojos dejaron de mirarme.
DEsapareciste como un prófugo cobarde. Desapareciste sin decirme nada.
Todavía hoy te sigo odiando. Mi vida ya no fue la misma.
Sumida en la miseria conseguí llegar hasta hoy.
No puedo borrar tus ojos.
Contigo entro en un profundo sueño.
Contigo mi alma se desvanece.
Contigo hoy se acaba todo.



Jamais je ne t'oublirai.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Traemelo.

¿ Y cómo empiezo? ¿Qué es lo que escribo? o mejor, ¿que describo?
Empiezo por la estúpida sonrisa que me has dejado en la cara y que no
se cuando volverás a dibujarme o mejor empiezo por describir la sensación
que me produce tenerte, cerca o lejos.
Ya ves, 10 años juntos, y aún no nos lo podemos creer. Hemos sido cuerpos que
aprovechaban una tras otra las oportunidades que se les iban presentando.
Sufriste tú más que yo cuando te tuviste que ir 2 años lejos de aquí, de tu ambiente,
de tus vicios, de tus lugares favoritos y de mis te quieros. Era tu oportunidad, la vida
pasaba y no pudimos dejarlo, me dijiste que los días junto a mi se presentaban
todavía mejor.
Nos hicimos a nosotros mismos y cuando volviste me tocaba mi turno, pero esta
vez había variaciones. Era fuera del país y del continente. Respetaste la
decisión pero no acababas de compartirla. Me echastes de menos cuando todavía
estaba aquí, cuando no me había marchado.
Todo pasó y todo llegó. Volví, y ante mí, se abrían dos puertas de metal que
me daban la bienvenida de nuevo por aquí. Y te encontré. No eran rosas, eran calas.
No era tu cobarta favorita, era la mía. Y en tu mano unos zapatos de tacón que no
eran mis favoritos, sino tus preferidos. Estabas increíble. Me encantaste la 1ª vez que
te vi, y lo harás la última.


Siempre te deberé la mejor de tus sonrisas.

sábado, 1 de mayo de 2010

V.

Estoy apoyada contra la pared. Me separan 20 centímetros de mojarme.
Apretada entre mis libros me abrazo a mi misma. Aunque estoy semi resguardada
debajo de esta mínima fachada del banco de España me estoy mojando, y ya sabes
que no es tan divertido porque no estás.
Llevo 30 minutos esperando al bus, y no viene. Me encantaría verte aparecer,
mientras presumes de soberbia, que me hicieras uno de tus gestos cómplices y
vinieras a mi.
Pero mis expectativas ya no serán las tuyas, y tu corazón no jugará una tercera partida.
He jugado mal a ese juego al que aún no se jugar, y no se si me has perdonado, ni si quiera
sé si debería pedirte perdón, ni tampoco se si es normal que pudieras odiarme.
No sé si tus palabras fueron ciertas pero esta vez no levantas tu cabeza, y en el fondo
es lo que me jode.
Si, prefiero que me odies antes de que me digas que no lo haces y saber que no volveremos
a como estábamos antes. A nuestras risas, nuestras conversaciones, tus paridas, tu picardía,
mis mosqueos, las miraditas y esa vista al futuro que por un minuto hicimos.
¿Volver? No se si es la palabra.

martes, 27 de abril de 2010

Me hace gracia que seas tú la única que sabe todo lo que hay en mi,
la que me conoce sin secretos, la única que no puede cuestionarme.
Se acorta tu vida pero alargas la mia. Guardas mis sentimientos
quizás de por vida.
Intentaría hacerte infinita y que tus páginas no se agotasen pero
sabes que es difícil.
Por todo lo que pueda ser escrito en...


LA LIBRETA ROJA

martes, 20 de abril de 2010

Una espina clavada en el costado.

He vuelto a bajar , me he vuelto a perder por las calles de esta pequeña ciudad.
He dejado que mis pies caminaran hasta que cansados, han decidido parar.
De golpe, como lo hace el corazón cuando el instinto sabe que eres tú. Se han parado
después de llevar horas sin rumbo. Lo han echo igual que lo hago yo cuando se trata
de poner sentimientos sobre la mesa. Están cansados, como lo estas tú cuando intentas
seguirme y no me alcanzas.
Están quemados después de haberse estado deslizando por el suelo, igual de quemados
que estoy yo cuando pienso en como la cagué, en como hice que no funcionara. Me acabo
de dar cuenta de que son unos pies dentro de unas zapatillas, desabrochadas, como está el
alma cuando nadie la agarra para que no se escape.
Están a punto de desgastarse, de despedirse de mis pies, de ir directamente a la basura.
Imitan al corazón maltrecho que dejaste, el que ya no sirve, el que está desgastado de no
amar, de no encontrar, de no sentir.

martes, 13 de abril de 2010

No hay ascensor hacia el piso del que tu me hablas.

Nunca he podido explicar mis sentimientos. No me hice a la idea de tus chantajes.
Y sabes de sobra que hubiera sido el peor de todos nuestros inviernos.
Te dedicabas a trabajar y ya apenas te fijabas en nadie. Yo nunca pude prometerte
nada, pero te confie mi alma en un gesto al que no alcanzo a ponerle nombre.
Sabías perfectamente lo que hacías pero no me vendiste al mejor postor.
Me dejaste a cargo, como no, de tu mejor amigo, quién sin duda supo verme con
claridad. No me pidió nada ni si quiera quería promesas, pero yo no era tan firme
como él y tuve que perderte al fin.
Aunque es ahora cuando considero que fui yo la que se humilló, habiéndose quedado
sin alma, maltrecha y presa de la oscuridad de la que no se salir.

domingo, 11 de abril de 2010

Amor a primera vista.


Tan sólo tenía 16 años y puedo asegurar que fue mi primer amor.
Quizá fue por mi primera huída, quizás tu encanto, los parques donde miraba al cielo e imaginaba algo mejor, serían las aceras por las que paseé, los segundos que conté cuando embarcaba de nuevo en el avión al saber que no te vería en mucho tiempo. Será tu luz propia, o quizás el ambiente a respeto. Sea lo que fuere, me dejaste con el corazón esperando una nueva mirada quizás en ese metro con destino Picadilly Circus.

Nice to meet you, London