Estaba escuchando La canción, que hacía demasiado tiempo que no escuchaba.
Porque no podía, le traía demasiados recuerdos que todavía no había conseguido
olvidar. Recuerdos que compartió con ella. La parte posterior de sus gemelos e
mpezó a erizarse según escuchaba sus acordes. Un cosquilleo molesto le recorrió
el estomago y recordó que al final aquí de lo que se trata es de morir o de matar.
Pensó en su historia, basada en regalos, en que un trocito de plástico fue el culpable
de provocarle la sonrisa que él nunca pudo sacarle. Empapó el teclado de su ordenador
de lágrimas de dolor mientras miraba antiguas fotos. Y recordó que aquí de lo que
se trata es de morir o de matar. Tenían una historia idílica siempre y cuando ella
quisiera y él le proporcionara lo mejor. Ni si quiera se basaba en sexo. No había amor.
Sólo sentimientos vacíos. ¿Morir o matar? Se torturaba pensando que lo tenía que
haber echo mejor, porque podía, se torturaba pensando que lo que creó fue teatro, que
lo machacó y que ahora no sabe como va a salir de ahí. Uno es el asesino y el otro el
que va a morir. En este caso estaba muy claro. Él no sabía salir del pozo en el que se
había metido y ella no estaba allí para tenderle la mano que tenía que sacarle de ahí.
El problema es que la seguía queriendo, aún sabiendo que él estaba en la misma mierda
por su culpa, en que ella sólo lo quiso por placer, pero ya se sabe que el amor, menos
racional, es de todo. MORIRÉ, MORIRÉ, MORIRÉ.
No podía ser otra la canción que suene de fondo
No hay comentarios:
Publicar un comentario