"Alimenta tu fe y tus dudas morirán de hambre"

martes, 13 de abril de 2010

No hay ascensor hacia el piso del que tu me hablas.

Nunca he podido explicar mis sentimientos. No me hice a la idea de tus chantajes.
Y sabes de sobra que hubiera sido el peor de todos nuestros inviernos.
Te dedicabas a trabajar y ya apenas te fijabas en nadie. Yo nunca pude prometerte
nada, pero te confie mi alma en un gesto al que no alcanzo a ponerle nombre.
Sabías perfectamente lo que hacías pero no me vendiste al mejor postor.
Me dejaste a cargo, como no, de tu mejor amigo, quién sin duda supo verme con
claridad. No me pidió nada ni si quiera quería promesas, pero yo no era tan firme
como él y tuve que perderte al fin.
Aunque es ahora cuando considero que fui yo la que se humilló, habiéndose quedado
sin alma, maltrecha y presa de la oscuridad de la que no se salir.

1 comentario:

  1. A veces, para vencer a la oscuridad sólo es necesario el querer intentar abrir los ojos.

    Quizás lo que necesita es tiempo para deshacerse de las cadenas que la apresan.
    Aunque me disgusta el final, me entusiasma y atemoriza que fuera capaz de entregarle su alma a alguien.
    Me gusta.

    Besos desde mi paraiso color sepia.

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